Desde escrachos a docentes homosexuales hasta pedidos de consejos para poder distinguir cuando una está sintiendo un orgasmo. Puteadas políticas, confesiones secretas y a los gritos de algún amor a distancia.
Cada puerta es como un libro nuevo. Algunas son bien conocidas. Otras pasan desapercibidas. Pero todas son material de lectura en esos minutitos entre clases donde podemos deleitarnos con los clasificados universitarios.
Siempre me llamó mucho la atención este anuncio. Sobre todo porque está en todos los baños femininos de la facultad yno sólo en la de Sociales: en muchas otras facultades de la UBA los han visto. E incluso en bares y boliches. Siempre el mismo mensaje. Siempre Mika y Milva. Y siempre el mismo número de teléfono que ofrece que 2 pendejas Superpuerkitas te kiten la milky
En uno de los cubículos, alguna chica sacó una birome y una flecha del mensaje y escribió “Deben ser dos camiones”. O no. Quizá son dos pibas comunes. Quizás no existen, o no son siempre las mismas. Pero el imaginario está instalado. El lenguaje tan explícitamente lésbico choca contra nuestros ojos, sus únicos destinatarios legítimos.
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